viernes, 20 de abril de 2012

Plácido guardián

Recostado tranquilamente delante de la entrada de la casa. A pesar de su respetable tamaño dudo mucho que se te echara encima aunque pasaras por encima de él.


Pedacitos de mar

Cuando el agua de la ola regresa al mar, siempre se queda un poco en los huecos que dejan las pisadas en la arena. Son como pedacitos de mar, prisioneros de tierra firme.


A cuadros

Cuando estás en una de estas "villages" tan volcadas en el turismo, no sabes asegurar si una casa es de cartón-piedra o es realmente de la época que pretende ser. Yo aún tengo la duda.