Los dos extremos del puente colgante de Mirabeau que fue destruido definitivamente en un bombardeo de la 1ª Guerra Mundial.
Este lugar fue un paso estratégico incluso en la baja Edad Media, cuando se cruzaba el río Durance por medio de una barca unida a las dos orillas por una cuerda. Había que pagar un peaje por cruzar, y era tan rentable que el puente se reconstruyó y remodeló las veces que fuera necesario.
La reconstrucción a la que pertenecen estos pilares costó 210.000 francos, y el peaje rendía 28.000 francos al año. Un buen negocio. Ahora cruzar el río es gratis.
martes, 22 de noviembre de 2011
lunes, 21 de noviembre de 2011
Recuerdo de primavera
El tiempo pasa volando. No es que se acelere, sino que los acelerados somos nosotros, que hacemos tantas cosas que el tiempo no nos cunde. Y aún estoy subiendo fotos de la soleada y colorida primavera pasada, en un gris y lluvioso día de otoño.
El desfiladero de Canteperdrix
Un paraje que no deja indiferente al que pasa por ahí. El río Durance, que nace en los Alpes y desemboca en el Ródano, la capilla de Santa Magdalena en lo alto de una roca a orillas del río, y los pilares de uno de los puentes de Mirabeau atravesados por el puente más nuevo de ellos. Y digo varios puentes porque a parte de su homónimo en París, este puente ha sido destruido 6 veces desde el siglo XV, las 4 primeras por riadas y las 2 últimas por las guerras mundiales. Los pilares, hoy monumento histórico nacional de Francia, corresponden a la "versión" construida en 1835, destruida en 1843, reconstruida en 1845 y destruida definitivamente en un bombardeo de la 1ª Guerra Mundial. El actual es de 1987. A ver lo que dura.
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domingo, 20 de noviembre de 2011
La postal
O le podríamos llamar "contrapostal", porque lo más normal es encontrar postales del santuario visto desde abajo, desde el pueblo de Aniés. Así lo podemos ver desde el mirador de la casa del ermitaño.
sábado, 19 de noviembre de 2011
La Rotonde
De camino a Sault nos llamó la atención esta torre que coronaba el pueblecito de Simiane-la-Rotonde, visible desde bien lejos. No tenía ni idea de que tendría que pasar a su lado, después de serpentear por calles estrechas del pueblo. A la vuelta decidimos parar para verla de cerca.
Por otro lado, es impresionante lo azul que es el cielo provenzal.
Por otro lado, es impresionante lo azul que es el cielo provenzal.
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