Se cuenta que Sant Magí hacía brotar el agua de allí donde clavaba su cayado. De hecho la leyenda dice que una vez, estando de retiro en la Brufaganya, lo lanzó bien lejos y donde cayó nació el río Gaià.
En la retirada napoleónica de 1813, las tropas decidieron destruir la ciudad al igual que hicieron con muchas otras que ocuparon. Pero quedó en pie el sector oriental de la parte alta de la ciudad, justo donde esta foto. La leyenda cuenta que los franceses encendieron hasta tres veces la mecha, y tres veces la apagó Sant Magí desde el cielo con un botijo.
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