En la zona del Delta del Llobregat están las ruinas de lo que fue un cuartel de carabineros que estuvieron en activo desde 1830 hasta poco después de acabar la Guerra Civil. Sus funciones era vigilar la costa y sobre todo la entrada la puerto de Barcelona. Aquí vivieron los carabineros con sus familias, y tuvieron que soportar epidemias de paludismo y malaria de tal modo que a veces tenían que vestir con sombreros, velos y guantes en verano para protegerse de los mosquitos. Eso sí, los oficiales vivían en El Prat o en el Semáforo. El cuartel se cerró a principios de los años 40 del pasado siglo por la simpatía que tenían sus miembros con la causa republicana.
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